¿Qué es (técnicamente) la web 2.0?

Luis Bernal 2 de abril de 2014


Seguro que habéis oído muchas veces lo de la web 2.0. Es un término que fue utilizado por primera vez por Darcy DiNucci en 1999, en su artículo Fragmented future. La web 2.0 (en contraposición a la 1.0 que era la que existía hasta el año 2004) consta de aplicaciones y sitios de internet que utilizan la inteligencia colectiva para proporcionar servicios interactivos en red. En esta entrada no vamos a hablar del uso social y de la inteligencia colectiva, sino a concretar cómo la tecnología web evolucionó hasta el punto de permitir llegar al auge de blogs, redes sociales y contenido aportado (y matizado mediante comentarios) por usuarios y que conforman el vasto mundo de internet que tenemos ahora (os recomiendo visitar el mapa de la web 2.0).


Si existe un denominado web 2.0, es porque antes tuvo que existir, al menos un web 1.0; y así es. En este año en el que se cumplen 25 del nacimiento de Internet, es conveniente recordar cómo eran las páginas web inicialmente y qué es lo que nos podían ofrecer. Independientemente del gusto estético con las que se diseñaban, se caracterizaban por estar escritas en un lenguaje de programación HTML, versión 1 claro; dicho lenguaje ha llegado hasta nuestros días, con evidentes mejoras y añadidos (actualmente estamos en la versión HTML5). Este lenguaje se caracterizaba por ser prácticamente monodireccional. Es decir, el usuario apenas podía únicamente escribir una dirección web en la barra de navegación o pinchar en los distintos enlaces que ofrecían las páginas, de tal manera que se presentaba la información que el usuario solicitaba, nada más (y nada menos). Podéis ver aquí debajo como era la primera página publicada en Internet en el año 1991, donde Tim Berners-Lee explica el nuevo mundo web que comienza con la publicación de esa misma página (es una página autorreferenciada, juego este que gusta mucho a los informáticos). Incluso aunque en aquel momento el uso de Internet ya parecía prometedor, no creo que el Sr. Berners-Lee se diera cuenta de lo que realmente estaba creando. Muchos etiquetan (y creo que no se equivocan) la creación de Internet como la Tercera Revolución Industrial, poniéndola a la altura de las dos anteriores: Inglaterra 1760 -máquina de vapor- e Industrialización en 1860.

Primera página de Internet de la historia, 1991


No obstante, y a pesar de su utilidad a la web 1.0 (que entonces, claro, sólo se conocía como web al no existir versiones posteriores) le quedaba todavía un gran camino por recorrer. Se creó específicamente un lenguaje, como hemos dicho antes, que los navegadores de internet debían saber interpretar, el lenguaje HTML (HiperText Markup Language), que ofrecía la esencia de la internet actual: enlaces a páginas web que relacionaban unas con otras como un gran organismo completo. Inicialmente las páginas web sólo podían contener texto pero modificaciones posteriores del lenguaje HTML hicieron posible la adjunción de vídeos, sonidos, imágenes, etc. Pero todo este contenido era estático. En el fondo, y a pesar de su utilidad, era como leer un periódico o un libro, muy grandes eso sí, y librándonos de la lectural lineal ya que podíamos saltar de unas páginas a otras mediante enlaces, pero poco más.

La verdadera revolución en Internet ha venido de algo normalmente menos conocido para el usuario que es el lenguaje PHP y las bases de datos. En la web 1.0 el webmaster (creador de un sitio web), escribía las páginas en lenguaje HTML y éstas ya eran inamovibles a no ser que el mismo webmaster las modificase, a los usuarios nos quedaba únicamente el papel de lectores de esas páginas web. En la web 2.0 además del lenguaje HTML, como hemos dicho conviven el lenguaje PHP y las bases de datos. PHP significa Hypertext Preprocessor (PHP es un acrónimo recursivo y la primera letra sirve para referirse a sí mismo, cosas de informáticos como ya dije antes). Es decir, PHP realiza un preprocesado del lenguaje de hipertexto, porque en este caso, las páginas ya no están "escritas a fuego", sino que leen su contenido de una base de datos. Podemos imaginar una base de datos como un gran fichero de excel donde por medio de un índice en filas y columnas es posible encontrar rápidamente cualquier contenido que estemos buscando. El contenido de esta tabla de datos no está prefijado por el webmaster, éste "sólo" se ha encargado de generar el código necesario para administrar la página web y el PHP, pero el contenido, a elección del administrador del web, es libre de ser incluido, modificado o comentado por otras personas, en este caso, los usuarios que visitan el sitio. A partir de esta creación de bases de datos y del lenguaje que sirve para acceder a ellas, es cuando pueden existir blogs personales y redes sociales sin necesidad de que el usuario que aporta el contenido tenga que ser el mismo que ha creado el código para el sitio web. Entramos así en un mundo que podemos calificar de interactivo y por encima de ello, de democrático, dado que no son necesarios conocimientos de programación para generar un sitio web. El funcionamiento es más complejo de lo que aquí se ha explicado, os dejo aquí una imagen por si queréis profundizar:

Si existe una web 1.0 y 2.0 podemos imaginar que la evolución no tiene intención de detenerse ahí, y ya nos encontramos con la transformación hacia la web 3.0, que se ha dado en llamar web semántica. Su finalidad es que las respuestas a las búsquedas que realizan hoy los usuarios no se limiten a concatenar palabras o frases y buscar sobre ello, sino que respondan de manera acertada a la intención del usuario porque entienden lo que se les está preguntando. Es decir, intentar dotar de sentido la pregunta que realiza el sujeto en la caja de búsqueda de la página de internet y catalogar de manera más fiable y segura las posibles respuestas que se le pueden dar. No se incluirían respuestas a la búsqueda realizada sólo porque contienen las palabras de la búsqueda, sino porque el significado o la intención con la que se ha hecho, ha sido entendida. Para ello hay que dotar a las páginas web de metadatos semánticos y ontológicos que sean capaces de describir el contenido, el significado y la relación de los datos. Actualmente las respuestas que nos ofrecen los buscadores son dadas por la existencia de las palabras clave que hemos introducido, pero no por el significado o la relación que queramos darle a los datos. Por ejemplo, si introducimos en cualquier buscador la cadena "yogures con gluten", nos aparecerán respuestas, casi todas ellas de yogures sin gluten, pues es usual buscar este término que aúne yogures y gluten pero refiriéndose a la ausencia del segundo. La web semántica será capaz de entender lo que buscamos y nos proporcionaría respuestas apropiadas.

Pero como digo, ese es el siguiente paso de la web, que la va a hacer más rica pero también más compleja de lo que es ya. En la actualidad y gracias a que existen bastantes herramientas para programar en HTML y PHP, la estructura y complejidad que se obtiene en un sitio web permiten hacerlo manejable. Lejos han quedado los tiempos de escribir cada página del sitio web "a mano". Como ejemplo, podéis ver en la imagen inferior la cantidad de capas y "divs" de la que consta la página de inicio de fisioEducación. Se puede ver en una estructura tridimensional (Vista 3D de Mozilla Firefox) los distintos contenedores que afectan a cada elemento que aparece en el sitio web. Es un efecto visual increíble que nos ayuda a comprender lo intrincado del diseño interno de la web actual.