El desarrollo cerebral
Gema Gallardo Sánchez 6 de julio de 2020
Como muchas de las técnicas que utilizamos en Fisioterapia se justifican por que el cerebro humano es plástico, es decir, tiene la capacidad de establecer nuevas conexiones neuronales, me parece interesante recordar algunas características del desarrollo cerebral humano.
Si comparamos nuestro cerebro con el de un primate, nos damos cuenta de que compartimos las mismas estructuras cerebrales, la diferencia es el incremento de nuestra corteza cerebral y la existencia de un periodo temporal más largo de desarrollo postnatal (infancia y adolescencia).
Las neuronas que posee el bebé en el momento del nacimiento han sido generadas durante los primeros meses del embarazo ( 3º y 4º mes especialmente). Emigran desde su lugar de origen y establecen conexiones con otras neuronas semejantes formando progresivamente la estructura del tejido cerebral. A partir de los 7 meses de embarazo se alcanzan ya los seis estratos finales de la corteza cerebral humana. El desarrollo prenatal del cerebro incluye también el proceso de crecimiento y desarrollo de los axones y dendritas, así como el establecimiento de conexiones sinápticas axón-dendrita entre las neuronas, que se producen ya a partir del 5º mes de gestación.
La masa cerebral se cuadruplica entre el nacimiento y la edad adulta. Este crecimiento no está basado en un crecimiento en el número de neuronas, sino en:
Un aumento del número y complejidad de las dendritas.
Un incremento de la densidad de las conexiones sinápticas en diversas regiones del córtex cerebral.
Un incremento en el proceso de mielinización lo que permite una mejora en la velocidad de transmisión de información entre las neuronas.
El rasgo fundamental del desarrollo sináptico es la existencia de un patrón ascenso-caída, es decir una primera sobreproducción de conexiones sinápticas se ve seguida de una poda posterior de las mismas. La poda de las conexiones sinápticas parece responder al principio establecido por el neurofisiólogo canadiense Donald Hebb porque el que las conexiones sinápticas más activas se fortalecen, mientras que las menos activas se debilitan y puede que desaparezcan. La sobreproducción inicial parece estar relacionada con la especial plasticidad del cerebro infantil.
Existe una creciente evidencia a favor de la idea de que la plasticidad es una propiedad fundamental del desarrollo del córtex. El proceso de diferenciación y especialización de las diferentes áreas del córtex está fuertemente influenciado por la propia actividad neuronal, además de por factores intrínsecos relacionados con el encendido automático.
El desarrollo cerebral en la adolescencia está estudiándose, aunque ya se sabe que en el período adolescente se producen importantes cambios en el desarrollo de la corteza frontal y en el proceso de mielinización. La corteza cerebral es la encargada de las funciones ejecutivas. El establecimiento de las conexiones específicas que permiten realizar las tareas cognitivas complejas está en desarrollo durante toda la adolescencia y se consigue de forma plena en la edad adulta.
El proceso de mielinización se produce en oleadas que comienzan en el periodo prenatal, continúan durante la infancia y la adolescencia y en algunas zonas específicas del cerebro humano, hasta la edad adulta. Los cambios más importantes de este proceso se producen durante la adolescencia.
Durante la edad adulta se producen desarrollos cerebrales específicos , crecen nuevas neuronas en el hipocampo, y lo más importante, sigue abierta la posibilidad de establecer nuevas conexiones, en la edad adulta el cerebro tiene la capacidad de aprender, es decir, continúa la plasticidad.
El tamaño del hipocampo posterior de los taxistas londinenses aumenta a medida que utilizan sus estrategias de navegación y se incrementa su experiencia durante la edad adulta.
Lo más importante es quedarnos con la idea de que tanto la formación y desarrollo de las neuronas como la proliferación y sobreproducción de las sinapsis son procesos bajo control genético (no existen un conocimiento preciso de los genes que intervienen) pero los procesos de poda sináptica y el establecimiento de nuevos circuitos y redes sinápticas son procesos fuertemente influidos por el ambiente y la experiencia. Es en este fenómeno donde nuestras intervenciones terapéuticas encuentran justificación. Se hace necesario un trabajo en equipo donde todos los profesionales sanitarios implicados en el tratamiento de un paciente con alteraciones neurológicas cuyo desarrollo cerebral no es normal, persigamos los mismos objetivos realmente alcanzables y estudiemos los resultados de nuestra intervención fisioterapéutica mediante análisis de pruebas de imagen funcionales.