¡Por fin soy grado en Fisioterapia!

Juan Antonio González García 24 de abril de 2013


La exclamación que titula esta entrada no es nueva. En los años previos los estudiantes que culminaron sus estudios se convirtieron ya en flamantes Graduados en Fisioterapia, superando así cualquier discriminación académica con otras disciplinas universitarias. Pero…

Hace unos meses mostramos nuestras suspicacias sobre el devenir de los estudios de Fisioterapia (1). La transformación pretendida de la Universidad española se supone que sería para mejor. En general y en lo particular de las disciplinas universitarias. Desaparecieron diplomaturas y licenciaturas, complejos y supremacías supuestas en tal diferenciación. No entraremos a discutir la pertinencia de esa “tabla rasa” generalizada. Sí tenemos claro que la Fisioterapia necesitaba deshacerse de ese encorsetamiento en tres cursos académicos como forma de incorporar contenidos y aumentar la profundización en otros. Esto, unido a las nuevas metodologías que teóricamente suponía el proceso de Bolonia (aprendizaje permanente, enseñanza práctica y centrada en el alumno, evaluación continua…) incrementaría la capacitación de los futuros fisioterapeutas.

Llegado este punto hemos tenido la ocasión de observar cómo van las cosas y cómo las ven algunos alumnos. Sólo apuntaremos algunas notas. Tenemos serias dudas en nuestra limitada experiencia (y no se nos pida un estudio para sustentar esta afirmación) de que el graduado salga mejor capacitado, con más conocimientos o más destrezas que el diplomado. Nos sorprende que estudiantes de cuarto de Fisioterapia no tengan claras sus competencias cuando explícitamente se recogen en distintos documentos. Pareciera que se repiten mismos contenidos teóricos una y otra vez, sin coordinación interasignaturas, de forma redundante y por tanto inútil. La preparación práctica es deficitaria, “aclarándose” en algunos casos que hay cursos de posgrado en los que seguir formándose. Para terminar con estos apuntes, el calendario escolar abarca apenas ocho meses.

Aunque nuestras opiniones están sesgadas por una visión muy parcial y no nos referimos a ninguna universidad en concreto cabría preguntarse si la transformación de la Universidad española está consiguiendo lo que se ambicionaba, si la indignación de algunos alumnos está justificada, si la inversión social y familiar (incrementada enormemente en este curso) revierte en unos profesionales mejores en todos los aspectos, académicos y personales. Al contestarnos a estas cuestiones tal vez vacilemos en afirmar que el cambio mereció la pena.


Referencias

González García JA. Créditos virtuales, ¿esquivando Bolonia? En Fisioterapia https://madrimasd.org/blogs/fisioterapia/?p=132638. Acceso 24 de abril de 2013.